Ya van a ser cuatro divorcios con este del actor Ben Affleck, que la cantante y actriz Jennifer López lleva en su historial. Es hora de que entienda de una vez que el matrimonio no es para ella y que a la misma vez aprenda que cuando una relación no funcionó la primera vez, tampoco funcionará la segunda y que jamás se debe regresar con un ex.

Jennifer no quiso quedarse con el deseo de averiguar qué pasaría si se casara con su “amor” del pasado, y como romántica empedernida quiso creer que una segunda oportunidad, era ideal, pero no fue así. Ser una figura pública y querer vivir una historia de “amor” normal, no funciona en su mundo, y menos si se tiene de pareja a alguien inmaduro e inestable emocionalmente como Ben.

La realidad es que en la actualidad los noviazgos ni los matrimonios son duraderos. Muchas parejas se casan sólo para no ser juzgados por la sociedad y que no los cataloguen de “quedados”, pero después de un corto tiempo, terminan separándose porque pocos están dispuestos a respetar el compromiso de una relación de pareja, y como ya los valores se han perdido, cambiar de pareja y divorciarse es tan sencillo como cambiar de champú.
